viernes, 30 de julio de 2010

UN DIALOGO ENTRE LA NATURALEZA Y LA MAQUINA


En San Isidro, provincia de Buenos Aires, se encuentra una de las ya paradigmáticas casas del racionalismo rioplatense. Como una exploración entre los principios canónicos de la arquitectura moderna y las condiciones de lo local, el arquitecto Antonio Vilar desarrolla una residencia para su familia en 1937.
Se ubica en una esquina en lo alto de la barranca del Rio de la Plata, insertada sobre el limite del fondo del terreno, con arboles frondosos y amplias visuales al rio. Compuesta de dos plantas, terraza y atellier, transgrede con sus curvas y rompe con la maquina de habitar Le Corbusier. Este recurso geometrico transgresor del volúmen, al articular curvaturas de directrices opuestas, provoca una tensión entre la fuga inferior de la convexividad y la concavidad desplegada por el arco. Y produce un efecto de amplitud visual que culmina con la viga curva de la pergola y baranda nautica de la promenade, cuya liviandad enmarca sutilmente el paisaje horizontal y acerca a la casa las lejanas aguas del río.
Una de las caracteristicas mas destacables es como la vegetacion tambien se hace parte de la obra con sus enredaderas que abrazan los balcones, paredes y columnas. Una respuesta local a las vanguardias europeas.

2 comentarios:

  1. Hola peta, muy bueno se aprende bastante con esto.

    Espero que sigas asi actualizando seguido.

    Abrazo!

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  2. Gracias Mich...tambien hare posteos de obras mas conocidas y que siempre vemos pero pasan desapercibidas

    Saludos

    P.

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